🌾 Antes de empezar…
A veces me encuentro empujando, esforzándome, intentando resolver todo solo.
Y no me doy cuenta… hasta que algo en mí dice: “Basta.”
Entonces me detengo. Pido ayuda.
Saco una sesión con mi consultor sistémico.
Y la magia sucede.
No es que el problema se disuelva como por arte de magia.
Pero algo se ordena adentro, y entonces lo de afuera responde.
No sé por qué tengo esa tendencia a insistir.
Como una mosca que choca contra el vidrio una y otra vez, aunque la ventana esté cerrada.
Es desde ahí que nació este texto.
No como teoría, sino como un reconocimiento honesto de un patrón humano.
Y si estás en un momento donde todo cuesta, tal vez no haga falta que hagas más.
Tal vez lo que necesitás… es pedir ayuda.
Y confiar.
🔍 Cuando todo pesa
El esfuerzo como pista del alma
Hay momentos en que empujamos, insistimos, lo intentamos una y otra vez…
y aun así, nada cambia.
Como si una niebla interna nos envolviera.
Eso también es una señal.
No para hacer más.
Sino para ver más profundo.
Porque a veces, el esfuerzo es solo el síntoma de que algo no está siendo visto.
🪶 El esfuerzo como pista del alma
Hay una frase que puede cambiar la forma en la que entendemos los desafíos de la vida:
“Si tengo que esforzarme, es que hay algo que ver.”
El esfuerzo no es una virtud en sí.
Es una alerta del alma.
Una señal de que estamos en fricción con algo que pide orden, verdad o entrega.
“Nada se logra por el esfuerzo o la tensión.
La fe relajada abre el camino.”
— Florence Scovel Shinn, 1925
El alma no quiere sacrificios.
Quiere verdad.
🌱 El cuerpo como brújula interior
Podemos observar nuestras áreas vitales —Salud, Amor, Dinero— y preguntarnos:
¿Dónde me cuesta más?
¿Dónde siento peso o bloqueo?
Ahí suele estar el esfuerzo.
Y si hay esfuerzo, hay un llamado.
El cuerpo lo sabe.
Y no necesita explicaciones. Solo ser escuchado.
¿Este tema se siente liviano o denso?
¿Estoy fluyendo o luchando?
¿Estoy presente… o evitando sentir?
🐝 Esfuerzo vs. visión: la mosca y la mano
El esfuerzo suele ser como una mosca golpeando una ventana cerrada.
Se esfuerza por salir una y otra vez, sin ver el vidrio invisible que la detiene.
A veces, la puerta al lado está abierta… pero no la percibe.
Eso es el esfuerzo:
Energía sin dirección. Voluntad sin visión.
También es como ver una mano proyectada en la pared.
Porque a veces, incluso cuando dejamos de empujar, seguimos intentando cambiar la sombra.
Y ahí también hay esfuerzo.
“No cambies las cosas afuera.
Cambiá tu conciencia. El mundo es tu espejo.”
— Neville Goddard, 1944
🤝 Pedir ayuda: la llave olvidada
Cuando un tema se vuelve repetitivo, denso o inmanejable, aparece la oportunidad más difícil… y más transformadora:
Pedir ayuda.
No es un acto de debilidad.
Es un acto de confianza.
Es soltar la autosuficiencia y abrir el alma a otra mirada.
Pedir ayuda no te hace menos.
Te hace humano. Y eso es sagrado.
Como en la carta del Sol en el Tarot:
uno de los gemelos está en tierra firme.
El otro, con los ojos abiertos pero sin ver, necesita una mano.
No alcanza con ver.
Hace falta confiar.
🌿 La humildad como puerta al cambio
La palabra humildad viene del latín humus: tierra fértil.
Ser humilde es volver a la tierra.
Al humus.
Al lugar donde algo muere y algo brota.
Donde lo que ya no sirve se transforma en abono.
Humildad no es achicarse.
Es dejarse nutrir.
“El mayor obstáculo para la creación
es tratar de controlar el cómo.
El universo ya sabe el camino.”
— Joe Dispenza, 2017
💡 Etimología viva: esfuerzo vs fluir
Esfuerzo proviene del latín exfortiare: sacar fuerza, forzar, empujar con tensión.
Fluir viene de fluere: correr como un río, avanzar sin obstáculos.
Uno impone.
El otro se adapta.
Uno desgasta.
El otro libera.
“Lo que resistís, persiste.
Lo que aceptás, se transforma.”
— Eckhart Tolle, 1997Uno exige.
El otro escucha.Y lo que escucha… encuentra el cauce.
🔁 Del esfuerzo al orden
Así suele funcionar:
Temor
↓
Control
↓
Hacer
↓
Esfuerzo
Cuando dejamos de confiar, intentamos compensar con control.
Desde el control, actuamos desde el miedo.
Eso nos lleva al hacer constante, al empujar, al repetir…
hasta que aparece el esfuerzo.
Pero hay otro camino:
Ver. Sentir. Confiar. Pedir ayuda.
Y volver al orden que el alma ya conoce.
✨ La vida fluye cuando el alma ve
El esfuerzo es el síntoma.
El fluir, la consecuencia del orden.
Y el orden, la consecuencia de haber visto.
No se trata de hacer más.
Se trata de ver con claridad.
Porque cuando vemos, el alma respira.
Y cuando el alma respira…
la vida responde con amor.“Ya no busco avanzar con fuerza.
Busco fluir con verdad.”
— Gastón
🌱 Para practicar hoy
No se puede reconocer lo que no se puede ver.
Y cuando finalmente reconocemos… es porque hemos visto.
Te propongo una frase con mirada sistémica.
Decila en voz alta, con el cuerpo presente como sensor y altar:
Mamá, papá… ahora puedo ver y reconocer todo su esfuerzo.
Lo reconozco y lo honro.Y reconozco y honro también el esfuerzo de todos mis antepasados.
Gracias al esfuerzo de ellos, hoy estoy aquí.
Y también veo y honro todo el esfuerzo que he realizado y que realizo.
Reconozco y honro mi propio esfuerzo.Porque cuando reconocemos y honramos,
nos liberamos y liberamos.
El orden se restablece.Y el alma… respira.
Gastón