La bendición de no saber
Cuando solté el “yo ya sé”, se abrió un nuevo orden en mi relación con lo creado.
Puertas hacia la plenitud – Entrada 12
La bendición de no saber: la humildad como llave para escuchar lo creado y permitir un nuevo orden en el alma
Tengo un negocio hace casi quince años.
Y aún así, recién ahora —después de tanto tiempo— siento que estoy aprendiendo a relacionarme con él.
Durante años lo gestioné, lo sostuve, lo cambié, lo arreglé, lo pensé.
Le apliqué estrategias, lo revisé, lo medí.
Pero había algo que no lograba: sentir paz en el vínculo.
Hasta que un día, en medio de mis escrituras matutinas, surgió una pregunta que nunca me había hecho:
¿Cuál es la mejor manera de relacionarme con mi negocio?
No cómo hacerlo crecer. No cómo ordenarlo.
Sino cómo estar con él.
Cómo vincularme desde otro lugar.
Y fue ahí donde se me reveló algo que no había visto con claridad:
yo partía de que sabía.
Creía saber cómo se hacen las cosas, cómo se resuelven, cómo se administra un negocio.
Y sin embargo… lo que “sabía” no me estaba llevando a lo que deseaba:
paz, equilibrio, armonía.
🌿 El “no sé” como umbral
Ese día, sin pensarlo demasiado, me rendí internamente.
Y escribí algo simple, pero transformador:
“No sé cómo llevar este negocio.”
Y lejos de sonar a fracaso…
eso trajo alivio.
Porque cuando uno reconoce que no sabe,
ya no necesita tener razón, ni demostrar, ni controlar.
Solo puede descubrir.
Y entonces ocurrió algo más: una pregunta real surgió.
No para obtener una respuesta, sino para abrir un nuevo espacio:
¿Cuál es la mejor manera de relacionarme con Cuba Center?
¿Cómo quiere este negocio ser llevado?
¿Cómo quiere manifestarse a través mío?
Y sentí que al formular esas preguntas —desde la humildad y no desde la ansiedad—
todo el campo se reordenaba.
Como si esa pregunta no buscara una respuesta lógica, sino que activara una dirección nueva del alma.
Como si la misma formulación trajera una bendición: la posibilidad de vivirlo distinto.
No como algo a resolver, sino como algo a escuchar.
🌱 Mi negocio como vínculo, no como estructura
Ahí entendí que Cuba Center no es una cosa que debo arreglar.
Es una creación viva.
Un espacio de experiencia, de aprendizaje, de transformación.
Y como todo vínculo, lo que pide no es control…
sino presencia, escucha, humildad.
✨ La humildad como llave
La palabra humildad viene del latín humus: tierra fértil.
Ser humilde no es rebajarse.
Es estar disponible para lo nuevo.
En el Evangelio, Jesús dice:
“El que se humilla será enaltecido.” (Mateo 23:12)
Y creo que recién ahora lo comprendo en lo profundo.
Humillarme ante lo que no sé fue lo que me abrió la puerta a algo más grande.
A una forma nueva de estar en el mundo.
No desde el saber que encierra, sino desde el no saber que abre.
🕊️ Cierre
Hoy no sé cómo se lleva Cuba Center.
Pero sí sé que lo estoy escuchando.
Y eso ya me transforma.
Porque lo que surge de esa escucha —aunque aún no tenga forma—
se siente como bendición.
Y ese nuevo orden que empieza a aparecer, no viene desde mí…
sino a través de mí.
Gastón